Los ingenieros de la misión OSIRIS-REx de la NASA confirmaron que pudieron abrir la cápsula, luego de un impedimento técnico que dificultó ese proceso. En su interior contiene material del asteroide Bennu.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) confirmó la apertura de la cápsula que trajo material del asteroide Bennu. Los ingenieros de la misión OSIRIS-REx superaron un desafío técnico crucial al abrir con éxito el contenedor de muestras de este cuerpo rocoso. Después de tres meses de planificación y desarrollo de herramientas especializadas, el equipo de la NASA resolvió la complicación causada por dos tornillos atascados que impedían el acceso al valioso material recolectado por la sonda espacial.
El proceso de apertura del contenedor, que albergaba muestras de rocas y polvo de Bennu, se vio obstaculizado por la necesidad de evitar la contaminación del material. Los especialistas tuvieron que crear herramientas personalizadas con acero inoxidable quirúrgico no magnético, lo que finalmente permitió desbloquear los tornillos. De esta manera, la NASA avanza en la exploración del espacio profundo, ya que la sonda OSIRIS-REx se dirige ahora a otro asteroide bajo el nuevo nombre de OSIRIS-APEX. Este avance representa un paso crucial en la investigación que tiene como objetivo desvelar los misterios del sistema solar y sus orígenes.
Tras tres meses de trabajo, los ingenieros lograron superar el desafío de desbloquear dos tornillos cruciales que impedían el acceso a las muestras que contenía esta cápsula. Fue muy importante para sortear este inconveniente, el desarrollo de herramientas especializadas para evitar cualquier contaminación durante el proceso, asegurando la preservación de la integridad de las muestras.
“Nuestros ingenieros y científicos han trabajado incansablemente detrás de escena durante meses para diseñar, desarrollar y probar nuevas herramientas que nos permitieron superar este obstáculo”, informó la NASA.
Con la apertura exitosa, la NASA avanza con la sonda OSIRIS-APEX hacia nuevos horizontes en la exploración espacial. Este logro abre la puerta a investigaciones más profundas sobre el asteroide Bennu, un cuerpo celeste con 4.500 millones de años, casi la edad del sistema solar.
La posibilidad de estudiar la composición de estas muestras ofrece una ventana única para seguir investigando los secretos de los orígenes del sistema solar y, posiblemente, comprender más sobre el origen de la vida en el universo.