Argentina ejerce presión en la Celac y el Consenso de Brasil para aislar a Venezuela. Impulsan una “cláusula democrática” que debatirá a finales de septiembre los países de América del Sur.
El Gobierno prepara una ofensiva diplomática para aislar a Venezuela de los organismos de integración y cooperación de la región. Con la venia de Javier Milei, Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores, trabaja junto a su equipo para impulsar una serie de instrumentos y acciones destinados a generar presión sobre el régimen de Nicolás Maduro. Es una postura que Argentina planteó en la última reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y que llevarán a una cumbre del Consenso de Brasilia que tendrá lugar en los próximos días. La Casa Rosada no quiere perder la iniciativa contra Caracas por el fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio.
El fin de semana estuvo marcado por el asedio del régimen de Nicolás Maduro contra la embajada argentina en Caracas, que desde agosto quedó bajo resguardo de Brasil. Allí residen como asilados seis dirigentes del espacio de la líder de la oposición, María Corina Machado. El chavismo presionó al Planalto para que sus representantes abandonen la sede diplomática que tienen bajo custodia. El operativo no dio resultado y, según pudo conocer Infobae, el hostigamiento menguó cuando se conoció que el ex candidato presidencia Edmundo González Urrutia se exilió en España.
El sábado por la noche, un grupo de patrullas del Sebin, fuerza de seguridad del régimen bolivariano, rodearon la residencia de la sede diplomática de Argentina, en el coqueto barrio Las Mercedes de Caracas. Fue una decisión de Maduro luego de que Balcarce 50 exhortó al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) para que ordene la detención del líder chavista y los cabecillas de su gobierno.
El asedio de Maduro a la embajada argentina comenzó con la decisión de revocar el “beneplácito” otorgado a Brasilia para ejercer la representación de los intereses de Argentina y sus nacionales en territorio venezolano. Ese gesto obtuvo un repudio inmediato y generalizado, tanto en la región como en el resto del mundo. Llegaron comunicados desde Chile, Uruguay, Paraguay, España. Incluso, Brasil también hizo lo propio, al exigir que se respete la Convención de Viena. “El gobierno brasileño recibió con sorpresa la comunicación”, respondió el Planalto y advirtió que custodiará los “intereses argentinos “hasta que el gobierno argentino indique”.
Cerca de Milei consideran que es “inédito” lo que hizo Venezuela al expulsar a los diplomáticos de Argentina, Uruguay, República Dominicana, Chile, Panamá, Paraguay, Perú y Costa Rica. Se trata de los primeros países que condenaron el fraude en las elecciones del 28 de julio. Por su parte, Brasil, México y Colombia, con un posicionamiento cercano a Maduro, no reconocieron aún los resultados del escrutinio y se plegaron a la presión del sistema internacional para exigir que Caracas exhiba las actas oficiales que certifiquen los resultados.
Pero hay algo más grave aún. Venezuela no sólo expulsó a los diplomáticos argentinos de Caracas, sino que también impidió que los seis asilados en la embajada se retiren junto a la delegación nacional. La Cancillería viene pidiendo desde marzo que el chavismo otorgue un salvoconducto para que esos militantes de Machado puedan retirarse de forma segura a Buenos Aires (u otro destino). Maduro rechaza esa posibilidad. Por eso, Mondino impulsa una especie de aislamiento regional del régimen.
El 22 de agosto, la Cancillería dio un duro discurso contra Venezuela en una reunión reservada de la Celac. La representación argentina citó en ese foro a la Convención de Caracas sobre Asilo Político de 1954 que garantiza la figura del salvoconducto. “Reiteramos nuestro pedido para que el régimen de Venezuela entregue los mismos”, señaló el comunicado del Gobierno, al que accedió este medio, en referencia al instrumento diplomático. En las últimas elecciones, “quedó reducida a cenizas la esperanza de millones de venezolanos que tomaron la decisión de votar por un cambio en paz”, cuestionó luego.
La particularidad de ese posicionamiento de Argentina es que en la Celac se evita, habitualmente, aludir críticamente a Venezuela. Una línea similar ejecuta la Cancillería en el Consenso de Brasilia, un espacio que agrupa a todos los países de América del Sur en reemplazo de la Unasur. La semana pasada, Mondino instruyó a su equipo para que presenten una “cláusula democrática” con el objetivo de expulsar al régimen de Maduro de ese espacio.
Esa propuesta se debatirá en la próxima reunión del Consenso de Brasil, que será el 20 de septiembre (o antes). Infobae accedió al texto que elaboró la Cancillería para forzar la expulsión de Venezuela.
La cláusula democrática completa que impulsa Argentina en el Consenso de Brasil:
“Los países que integran el Consenso reafirman su compromiso con la democracia, el Estado de Derecho y los valores republicanos de gobierno. En los casos en los que la democracia esté en riesgo, tanto por una ruptura como por una amenaza grave de ruptura del orden constitucional o del Estado de Derecho, o por cualquier situación que ponga en riesgo el legítimo ejercicio del poder y la vigencia de los valores y principios democráticos, la Presidencia Rotativa establecerá una Comisión de Mediación integrada también por los demás Estados del Consenso de Brasilia que deseen participar, a los efectos de ofrecer sus buenos oficios. Dicha Comisión presentará un informe a los 30 días de su establecimiento y, en caso de que la evolución de los acontecimientos indique que las gestiones efectuadas no están permitiendo salvaguardar la democracia, el Estado será suspendido automáticamente, y no podrá participar en ninguna de las reuniones del Consenso de Brasilia”.
La movida implica una especie de emboscada contra Caracas. Es que si Venezuela se opone a la cláusula democrática, será una forma implícita de aceptar el fraude. “Es como un callejón sin salida la propuesta que hacemos”, explicó a Infobae un diplomático con despacho en el Palacio San Martín. El Gobierno cuenta con el apoyo de Paraguay, Uruguay, Chile y Perú. En tanto que Brasil agradeció la propuesta y respondió que la “va a estudiar”. No se descarta que luego de los hechos del fin de semana, Itamaraty de un paso para ejercer más presión sobre Maduro. En tanto, hay dudas sobre qué posición tomará Bolivia al respecto.
Al mismo tiempo, Mondino diseña una ofensiva diplomática contra Venezuela en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que se hará a finales de mes en Nueva York, y desde donde está previsto que hable Javier Milei. Buscarán reforzar la condena contra Maduro y exigirán la expulsión del régimen de todos los foros relevantes del sistema internacional.
Cabe recordar que la canciller emprenderá mañana una larga gira por Europa, que incluirá misiones diplomáticas en Suiza y Austria, para luego regresar a Buenos Aires, donde estará apenas un día y volará con destino a Nueva York, para la cumbre de la ONU.