Se concretó ayer por la tarde, la marcha programada para pedir justicia tras la muerte de Diego Maradona, bajo el el lema “No se murió, lo mataron”, una sospecha que cobró mayor fuerza desde la revelación de audios muy comprometedores entre los encargados de cuidar la salud del ídolo y que constan en la investigación coordinada por el fiscal general John Broyad.
En primera fila, la exesposa del astro, Claudia Villafañe; y sus hijas Dalma y Gianinna, portaron una bandera con la leyenda “Condena social y judicial para los culpables”, pero pocos minutos después abandonaron el lugar ante el desborde de público y se introdujeron en el Hotel Presidente.
La iniciativa surgió de forma espontánea en las redes sociales y se viralizó a partir del impulso que le dieron distintas agrupaciones de fans como Pueblo Maradoniano, Comando Maradona y La Diego Maradona.
“No hay una organización oficial, es una convocatoria a la que nosotros le dimos mayor visibilidad. Nos pareció una excelente fecha: 10-M, 10-Maradona, sin dudas que era el día”, explicó Diego Coelho, integrante de Pueblo Maradoniano.
En la causa que investiga el presunto delito de homicidio culposo, la Justicia imputó al neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la médica coordinadora Nancy Forlini y los enfermeros Dahiana Gisella Madrid, Ricardo Almirón y Mariano Perroni (coordinador).
Las conversaciones del equipo médico de Maradona incorporadas a la investigación revelan serias irregularidades en el tratamiento de su cuadro clínico y sus adicciones.