Durante el Programa “Mañana Fantástica” nos comunicamos vía telefónica con el deportista Víctor Hugo Cajal para dialogar sobre la gran hazaña conseguida por el seleccionado argentino de básquet en tierras brasileras.
Un festejo de un grupo que se robusteció durante el recorrido, en los 38 días que duró la preparación y la competencia. Un desenlace digno de un clásico, de esos que en cualquier deporte protagonizan la Argentina y Brasil. El triunfo 75-73 de la selección en la final de la AmeriCup, un estallido de un plantel que superó el cambio de entrenador a dos días del inicio del certamen, con la designación de Pablo Prigioni en lugar del Néstor Che García.
Nada ni nadie logró desinflar a un conjunto que volvió a demostrar estirpe ganadora, coraje, actitud, espíritu, que se presentó duro y firme para sobrellevar los momentos complejos dentro y fuera del campo. Una selección que se ofreció mentalmente indestructible y que coronó con sacrificio un título que servirá de empuje para el futuro. Como hace 11 años en Mar del Plata, pero ahora en Recife.
“Había que tener paciencia y esperar que este grupo de jugadores tenga la madurez necesaria para demostrarlo tanto en lo deportivo como en lo psicológico. Se vio una selección donde cada jugador toma el liderazgo que le corresponde” finalizó Cajal.