A mitad de diciembre, el Gobierno nacional firmó un acuerdo con las empresas productoras de zapatillas deportivas para aplicar un descuento promedio del 15% en los valores de lista.
La devaluación del peso, la inflación y la pérdida de poder adquisitivo convirtieron en “difíciles de alcanzar” a muchos artículos que las familias argentinas de clase media compraban con normalidad varios años atrás. Entre ellos, las zapatillas de primeras marcas.
A mitad de diciembre, el Gobierno nacional firmó un acuerdo con las empresas productoras de zapatillas deportivas para aplicar un descuento promedio del 15% en los valores de lista.
El acuerdo también prevé un sendero de precios de hasta el 3% para los meses de enero, febrero, marzo y abril e implica una mayor flexibilidad de parte de Estado para autorizar el ingreso de insumos importados fundamentales para la producción de calzados.
Las marcas que se sumaron a este acuerdo son: Nike, Puma, Adidas, Topper, Fila, Umbro, Asics, Kappa, Crocs, Reebok, Vans, Hush Puppies, Rip Curl, Lotto, New Balance, All Star, Converse, Le Coq Sportif, Jaguar, DC, Kioshi, Decker, Addnice, Head, CooperShoes, Kalwer, Joma, Pony, Bicontinentar y Ferli.
¿Cuánto cuesta un par de zapatillas de primera marca?
Se puede pagar entre $ 30.000 y $ 40.000 por las de marcas internacionales, aunque algunas zapatillas como las de running, por ejemplo, pueden superar los $ 70.000 y hasta $ 80.000. Las más caras son las importadas, pero las nacionales corren con la desventaja de depender de insumos que también vienen del exterior y que, en muchos casos, están entrando a cuenta gotas.
De acuerdo al último informe de IPC publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el rubro de “prendas de vestir y calzado” sufrió un incremento del 122,4% entre noviembre de 2021 e igual mes de este año. Fue el sector que mayores aumentos registró en ese período.
En este último año, un par de zapatillas de primera marca se convirtió en un bien de lujo. Darse una vuelta por las casas de deportes se volvió una salida aspiracional: los precios resultan asombrosamente altos para los bolsillos del consumidor común, aún en los “outlets”.