El presidente de Uruguay cuestionó el fallo de la máxima corte venezolana. “El régimen de Maduro confirma lo que la comunidad internacional viene denunciando: el fraude”, enfatizó.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, cuestionó la certificación del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela de la reelección del mandatario de ese país, Nicolás Maduro, en el marco de denuncias de la oposición por fraude tras los comicios del 28 de julio.
La decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela respondió a una petición hecha por Maduro hace tres semanas en medio de los cuestionamientos a su reelección, cuando su principal rival Edmundo González Urrutia, representante de la líder opositora inhabilitada María Corina Machado, denunció fraude.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó a Maduro como ganador con el 52% de los votos frente a un 43% de González Urrutia sin presentar el detalle del escrutinio, al alegar un jaqueo contra el sistema de votación.
Gabriel Boric apuntó contra la Justicia de Venezuela por “consolidar el fraude” de Nicolás Maduro
El presidente de Chile, Gabriel Boric, acusó este jueves al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela de “consolidar el fraude” electoral en ese país, tras convalidar la reelección de Nicolás Maduro y volvió a ratificar su postura respecto a los resultados de las últimas elecciones presidenciales de ese país.
“Hoy el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia“, aseguró el mandatario chileno en una publicación en su cuenta en la red social X. en la que además se posicionó: “Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía“.
El mandatario chileno fue uno de los primeros gobernantes en poner en duda la transparencia de las elecciones presidenciales de Venezuela. “No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo solo comparable con el de Siria producto de una guerra”, agregó.
“La dictadura de Venezuela no es la izquierda. Es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere. Un progresismo transformador que mejore las condiciones de vida de su pueblo construyendo comunidad en vez de individualismo, encuentro por sobre polarización. Hacia allá caminamos en Chile” añadió.