ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS: KAMALA HARRIS Y DONALD TRUMP CERRARON CAMPAÑA EN ESTADO CLAVE Y SE PREPARAN PARA EL “DÍA D”

La candidata demócrata concentró sus últimos esfuerzos en Pensilvania con un show junto a Lady Gaga y Ricky Martin. El magnate también visitó ese estado y luego cerró en Michigan.

Kamala Harris y Donald Trump concentraron gran parte de sus últimas horas de campaña este lunes en el estado de Pensilvania, en el último día de unas elecciones presidenciales de Estados Unidos que tienen en vilo al mundo. La vicepresidenta demócrata y su rival, el expresidente republicano, luchan voto a voto para llegar a la Casa Blanca.
Las encuestas muestran un un virtual empate a nivel nacional. Sin embargo los sondeos pueden ser engañosos, especialmente en Estados Unidos, donde no cuenta el número de votos para ganar las elecciones sino los del Colegio electoral.Cada estado tiene un número de delegados o compromisarios proporcional al tamaño de la población y hacen falta 270 sobre un total de 538 para hacerse con la presidencia. Por eso se centran en los siete estados claves en los que ningún partido tiene el voto asegurado. Pensilvania es el más importante de ellos, con 19 votos electorales en juego.

Kamala Harris cierra su campaña con Lady Gaga y Donald Trump viaja a Míchigan

Harris se pasó el día en Pensilvania, uno de los estados más importantes de esta elección. “¡Vamos a votar! ¡Vamos a ganar¡”, gritó en uno de los estados bisagra que, con 19 votos electorales en juego, es el más importante de los siete estados clave, en los que ningún partido tiene el voto asegurado.

“Estados Unidos está preparado para un nuevo comienzo”, afirmó e insistió en que si gana será “una presidenta para todos los estadounidenses”. Mencionó a los cientos de miles de puertorriqueños en un intento por recabar el voto de una comunidad molesta con los republicanos por un comentario de un humorista pro-Trump sobre Puerto Rico.Sobre el final de la noche, visitó Pittsburgh, donde le habló a los votantes: “¿Están listos para votar? ¿Están listos para ganar?”. “Les agradezco mucho por estar acá. Mañana es un día electoral y de momento la balanza se inclina hacia nuestro lado”, dijo y continuó: “¡No vamos a volver al pasado!”.

Además adelantó que apoyará una legislación sobre la posibilidad de que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo. Y agregó: “Estamos peleando por la democracia”. La vicepresidenta cerró la campaña a lo grande con la participación de Lady Gaga y Ricky Martin en un mitin en Filadelfia.

Trump también visitó Pensilvania, luego viajó a Carolina del Norte y cerró su recorrida esta noche en Míchigan. Ambos parecen esperanzados por la gran participación, con más de 78 millones de votos emitidos ya por anticipado.

“¡He estado esperando esto durante cuatro años! Y tú también”, afirmó Trump en un mitin en Pensilvania. “Si sacamos a todos a votar, no habrá nada que puedan hacer”, insistió en otro en Carolina del Norte.

Dijo que, si gana, informará a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, que va a imponer “inmediatamente un arancel del 25% a todo lo que envíen a Estados Unidos” si no detienen lo que calificó de “embestida de criminales y drogas” por la frontera.

México “se convirtió en nuestro socio comercial número uno y nos están estafando a diestra y siniestra, es ridículo”, opinó. Si el 25% no da resultado “impondré el 50% y si eso no funciona el 75%”, advirtió.

Trump promete una “victoria abrumadora” y su rival cree que el “ímpetu” le beneficia a ella. Nunca hasta ahora Estados Unidos había tenido que elegir entre dos candidatos tan distanciados entre sí.

El expresidente ha intensificado su retórica violenta en busca de un segundo mandato, que lo convertiría en el primer presidente convicto y, a sus 78 años, en el mandatario de mayor edad.

En una carrera llena de sobresaltos, incluidos dos intentos de asesinato contra Trump y el abandono del presidente Joe Biden, Harris hizo una entrada en escena tardía. La exsenadora espera que la defensa del derecho al aborto le abra las puertas de la Casa Blanca.

Trump confía en su retórica antimigrantes, a los que acusa de “envenenar la sangre del país”, y la inflación, con una campaña que no ha escatimado golpes, incluso contra sus rivales, a los que tacha de “enemigo interno”.

El domingo llegó a decir a sus seguidores que no le importa si los periodistas son blanco de disparos y entró en los pormenores espeluznantes de crímenes cometidos por inmigrantes en situación irregular. “¡Kamala estás despedida, lárgate!”, repite en sus mítines a sus seguidores.

El republicano agitó el fantasma del fraude electoral una vez más, lo que hace temer que no reconozca el resultado si pierde, como hizo en 2020 tras ser derrotado por Biden. También preocupa la seguridad de las personas que trabajarán en los centros de votación.

Algunos funcionarios electorales recibieron botones de pánico para alertar rápidamente a las autoridades en caso de emergencia. Y al menos dos estados, Nevada y Washington, han puesto a la Guardia Nacional bajo alerta en caso de disturbios.

En Míchigan, Harris cortejó a la comunidad áraboestadounidense, compuesta por unas 200.000 personas enfadadas por el apoyo militar de Estados Unidos en la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. Les prometió hacer “cuanto pueda para poner fin a la guerra en Gaza”.

Ambos candidatos cuentan con apoyos excepcionales. Trump con el hombre más rico del mundo, Elon Musk, y sus polémicos sorteos de un millón de dólares diarios a votantes registrados. Y Harris con el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle.

Biden se ha prodigado poco desde un desliz en el que se refirió a los partidarios de Trump como “basura”. El mundo sigue con nerviosismo las elecciones en la superpotencia mundial, en particular por sus repercusiones en Oriente Medio y la guerra en Ucrania, pero también por los efectos comerciales de las promesas proteccionistas en China o México.

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