El jefe de Estado dio instrucciones precisas a su Gabinete para que se “resuelva definitivamente el tema de Aerolíneas”. Podrían aplicar el Procedimiento Preventivo de Crisis.
Conflicto con los gremios
En medios gubernamentales también se aclara que la crítica no es a los 12.000 empleados que tiene la empresa, sino a un grupo de dirigentes sindicales que intentan mantener privilegios que son insostenibles.
Comentan que los diversos gremios aeronáuticos trabajan coordinadamente para que el Gobierno termine aceptando que “es imposible manejar Aerolíneas sin el acuerdo sindical”, en lo que se interpreta como una actitud extorsiva. En el mismo sentido, fue tomado el mensaje de Pablo Biro, quien afirmó que la propuesta para la empresa solo “se la presentaría a Milei”.
En el entorno del jefe de Estado afirman que “es no conocer a Milei, no acepta extorsiones, por el contrario, ante la adversidad avanza más aún”. Prueba de ello, es el anuncio de la desregulación de los servicios de rampa para que cualquier compañía preste este servicio debilitando de esta manera la fuerza de Intercargo. Asimismo, al establecer que la Fuerza Aérea pueda bajar el equipaje de las aeronaves y asistir pasajeros.
Apuntan a años de desmanejo
Los responsables de definir la suerte de la empresa aérea sostienen que otra buena parte de los problemas deben ser atribuidos a años de desmanejo. Por ejemplo, señalan como un contrasentido que Aerolíneas tenga tres flotas de aviones (Boeing, Airbus y Embraer) con los consiguientes sobrecostos.
Más aún, agregan que “durante los años del kirchnerismo se armó todo para que ninguna compañía pueda competir con Aerolíneas. Tiene la mayor parte del mercado y pierde plata, lo cual revela lo mal diseñado que está este mercado”.
La opinión del primer mandatario es que Aerolíneas no sólo no debe tener déficit operativo – como sucede en la actualidad – sino que debería generar un superávit suficiente como para atender la amortización del capital, algo que, sostiene a sus allegados, es imposible con el actual manejo de la compañía que debería pasar a la órbita privada.
Desde la esfera oficial argumentan que no existen razones para que se mantenga la llamada “línea de bandera”. Justificaciones para la continuidad de Aerolíneas como “la conectividad”, es decir que sus vuelos llegan a lugares donde no van otras compañías, no tienen sentido -sostienen- porque se le podría requerir a los privados que atiendan estos destinos a cambio de la concesión de las rutas más rentables.
Como elemento a favor, señalan que distintas provincias han manifestado interés por hacerse cargo de parte de los negocios de la compañía.
Pronta resolución
Preocupado por el abultado déficit de la compañía y alterado por los permanente conflictos gremiales, Milei dio instrucciones para que se resuelva el caso Aerolíneas con celeridad, según comentan en el Poder Ejecutivo.
Dicen contar con el apoyo de la opinión pública. En medios oficiales se comenta que el accionar de los dirigentes gremiales ha sido “tan torpe” que cada vez es mayor la cantidad de gente que está a favor de la privatización de Aerolíneas.
Las encuestas oficiales mostraban que en marzo el 90% de la población quería mantener la línea de bandera, proporción que se redujo a 50% el mes pasado y hoy seguramente serían más los que quieren el cierre o el paso a manos privadas, según evalúan en el Gobierno.
Eso sí, alertan que los continuos conflictos llevan a una pérdida de valor de la compañía como, por ejemplo, en su marca que va perdiendo prestigio.
El martes pasado tuvo lugar una reunión, según pudo saber Ámbito, en la que funcionarios de distintas áreas analizaron la situación de la compañía. Según trascendió, las opiniones en este encuentro estuvieron divididas entre quienes creían necesario avanzar con “medidas drásticas” y otros que esperaban poder negociar con los sindicatos a partir de una actitud más conciliadora de los gremios.
Los que están en esta última posición señalan que hay expresiones del sindicalismo que están dispuestas a rever las condiciones laborales para mantener las fuentes de trabajo.
Otros, en cambio, consideran que los sectores más duros del gremialismo no estarán dispuestos a hacer concesiones y, en este sentido, abogan por soluciones como la intervención de la empresa o la aplicación del Procedimiento Preventivo de Crisis.
En este caso se trata de un recurso, contemplado por la Ley de Empleo (24.013), que permite a las empresas suspender o despedir personal ante una disminución del trabajo por fuerza mayor o por causas no imputables al empleador. Sin embargo, existe un impedimento legal ya que este procedimiento no sería aplicable a Aerolíneas por su condición de servicio esencial, según señalan especialistas.